El brujo se iniciaba como asistente de un veterano en el oficio. Ser brujo no garantizaba ingresos estables, y muchos llevaban una vida común con otras ocupaciones.
Una de las principales actividades de los brujos era curar enfermedades. El enfermo acudía al brujo llevando lo necesario para su tratamiento: una botella de aguardiente, cigarrillos, fósforos, huevos, rosas, claveles y hierbas medicinales. El brujo utilizaba un pañuelo de seda en la frente y en algunos casos vestía poncho. Preparaba un “altar” y extendía una estera cubierta con pétalos de flores. Durante el ritual, el enfermo permanecía inmóvil mientras el brujo frotaba huevos por su cuerpo y soplaba alcohol y tabaco.