La celebración de San Juan se constituyó por el sincretismo religioso y cultural. La festividad hispana en honor a San Juan Bautista coincidía con una gran celebración indígena llamada Inti Raymi o “Fiesta de la cosecha” que estaba ligada a prácticas de culto al sol y vinculada al ciclo agrícola.
El centro de la celebración recaía en el baile y la música jugaba un papel fundamental. Las comunidades, organizadas en grupos de danzantes, recorrían las calles hasta llegar a la plaza. Cada cierto tiempo, se detenían en las esquinas para bailar en círculos bajo la dirección del Capitán o Aya Huma.
En la plaza se armaba también un improvisado mercado con “chinganas” o carpas donde se ofrecía varios alimentos y bebidas.
